En la era de la posverdad, donde miles de ciudadanos ya confunden la opinión con la verdad, el fenómeno trolling se ha instalado como una amenaza real.

Una guerra invisible que consiste en acosar, desalentar, meter miedo y calumniar. Su campo de batalla central son las redes sociales, donde los trolls -usuarios que se ocupan de acosar, criticar o provocar- crean cuentas falsas, inventan seguidores, reenvían sus propios ataques desde otras cuentas falsas y mienten sin remordimientos.

El trolling es “un fenómeno de esta era, a medida que pasamos más tiempo en el ciberespacio y nuestra conducta se vuelve más digital. No sólo los anunciantes y otros operadores comerciales intentan atraernos como clientes, también están los propagandistas y los extremistas políticos tratando de capturarnos en la esfera digital. Pagan trolls y reclutan personajes en Youtube, que se hacen pasar por gente auténtica, pero enmascaran falsedades como ‘hechos alternativos’”.

“Los trolls quieren convertir, sobre todo, a los periodistas en sus mensajeros. Pero el periodismo debe volver a las fuentes, ser fiel a los hechos, chequearlos y preservar la confianza de la opinión pública con noticias reales. De ese modo los trolls no podrán destruir la verdad”.

El fenómeno trolling es una derivación del conocido como bots bubbles o burbujas robóticas. Estos últimos son programas destinados a incrementar la aceptación de un producto con likes falsos. Del mismo modo que se pueden “comprar” seguidores en las redes sociales. Mientras el troll acosa, el bot vende.

Fuente: La periodista finlandesa fue tras el fenómeno que crece en las redes y en la web con noticias falsas y acoso.