Es una realidad que si realizamos una búsqueda en Internet sobre nosotros mismos, por ejemplo en Facebook, muy probablemente encontremos referencias a nuestra persona. Seguramente si estas referencias son obra nuestra (comentarios que hemos realizado en un blog sobre cocina, en una página sobre hoteles, en una red social, etc.) no nos llame demasiado la atención. La sorpresa puede surgir cuando vemos nuestro nombre asociado a una foto que no hemos subido nosotros, una lista de antiguos alumnos que algún compañero de la infancia ha colocado en Facebook, o un comentario en un foro hablando directamente de nosotros.

Construir nuestra identidad digital

Hay personas que de forma simplista deciden esconderse en Internet con la falsa ilusión de desaparecer totalmente de los medios públicos. No se dan cuenta de que lo único que hacen es dejar que sean los demás los que construyan su propia imagen. Esta imagen, creada de forma fragmentaria y parcial por personas a las que no podemos controlar, hará que proyectemos una imagen falsa y casi con toda seguridad perjudicial para nosotros mismos.

La única solución es compensar la información ajena (salvo que seamos una celebridad ésta será más bien escasa) con la nuestra propia.

Si al realizar una búsqueda aparece en los primeros lugares nuestro perfil en una red social como Facebook, un blog donde escribamos de forma periódica, algún foro en el que intervengamos de forma más o menos constante o una colección de fotos que hayamos hecho, habremos conseguido mucho, ya que la gran mayoría de las personas que buscan algo se suelen quedar con las 10 primeras páginas mostradas.

Conclusión

La identidad digital no es lo que aparece acerca de nosotros al realizar una búsqueda, como se cree erróneamente, sino la idea que se transmite de uno mismo a través de Internet.

 

Fuente: BLOG SOBRE CALIDAD E INNOVACIÓN EN EDUCACIÓN SECUNDARIA